Mi Historia

Hola, soy Alexandra. Curiosa, inquieta, rebelde y con esas ganas de comerme el mundo que seguro que tú también has vivido y sigues viviendo. Y si no las tienes o las perdiste, por favor, sigue leyendo. Estoy convencida de que en algún momento de mi historia, verás que puedo ayudarte.

Nací en los años 80 en Francia, aunque llevo casi quince años en España, empapándome de una cultura y un país que me han acogido como si este hubiera sido mi hogar de toda la vida.

A Londres a aprender

No creo en las casualidades. Soy de esas personas que piensan firmemente que todo ocurre por alguna razón. Durante cuatro años estuve en una empresa internacional aprendiendo sobre Metodologías Ágiles. Aquellas que permiten adaptar la forma de trabajo para cada proyecto concreto, logrando flexibilidad e inmediatez en la respuesta y los resultados.

Pero Londres, a pesar de haberme enseñado tanto y de ser una ciudad multicultural e intensa, también me resultó impersonal, por lo que sentía que no estaba hecha para mi.

así soy yo
así soy yo

Mi Misión

«¿Te imaginas tener más tiempo para ti? Te guío y acompaño a simplificar y a recuperar el control de tu vida, generando nuevos hábitos a través del orden consciente.»

Alexandra
Alexandra

Volviendo a un país que me marcó, España

En julio del 2007 volví a España. Los vaivenes de la vida me hicieron trabajar dentro del sector financiero. Justo ese año empecé a trabajar como Asistente Personal de un Socio de una multinacional inglesa. Durante cinco años trabajando directamente para él, con un aprendizaje organizativo sin igual, no solo su agenda, sino también la de su equipo más directo, fui creciendo y evolucionando en la empresa hasta el 2018. Año en el que la oficina de España de esta empresa cerró.

¡Bendita aventura! Ese giro en mi historia me motivó a emprender mi propia aventura, y así poder seguir ayudando a muchas más personas que me necesiten. Con una propuesta de valor personal basada en el aprendizaje continuo y así aportar más a la vida de mis futuras clientas.

Nuevos comienzos… y fracasos hechos aprendizaje

La proactividad innata que llevo en mi ADN me ha ayudado a tomar decisiones en momentos críticos. Obviamente no ha sido un camino fácil. La vida en sí misma no lo es, seguro que tú bien lo sabes.

¿Sabes cuando no encajas en un sitio porque tus valores y tu propósito de vida no van de la mano de esa empresa? Pues así me sentía yo. Y estoy segura de que tú también lo has vivido en tu piel.

Si bien es verdad que en todas las empresas me he desvivido con lo que hacía, sintiendo la marca como algo propio, siempre terminaba con ese efecto burnout que no proporciona felicidad, sino cansancio mental, perjudicándome la salud y mi entorno cercano.

Descubrí, a través de la experiencia, de los años y del autoconocimiento, que el “problema” no eran los demás, sino yo. Ese exceso de autoexigencia y de esperar en demasía de los demás, no era sano. Así que aprendí a relativizar… y a ponerme en primer lugar. ¡Maravilloso aprendizaje! Y afortunado el equilibrio que encontré por el camino.

Un modo de vida

Alexandra Rocher
Alexandra inhabituel
detalle

Emprender desde la conciencia y la vida personal

Y de repente… ¡voilà! Me quedé embarazada y fui despedida de esta última empresa por cierre, en el mismo tiempo. Lo que no había vivido nunca en mi vida, ni profesional ni personalmente, me llegó de golpe y por partida doble.

Pero te confieso que ese despido fue un regalo. Ya ni te cuento el embarazo, claro. Este segundo, con todas las complicaciones que conlleva ser mamá primeriza… ¡qué te voy a contar si eres mamá y me estás leyendo!

Noches sin dormir, las hormonas bailando a su ritmo, emociones descontroladas, obsesión por controlarlo todo, agotamiento físico y mental…

¿Y sabes qué pasó con la llegada de mi hijo Samuel? Que tanto Borja, su padre, como yo, tomamos conciencia de que teníamos que simplificar nuestra vida y cambiamos hábitos personales para mejorar ese nefasto impacto medioambiental del que la sociedad no somos plenamente conscientes.

Fue un punto de inflexión. Queríamos, y queremos, dejar un mundo mejor para nuestro hijo. Seguro que me entiendes.

Y ese cambio de hábitos nos enseñó a simplificar nuestra vida, dando paso a un aprendizaje que no puedo, ni quiero, guardarme solo para mi. Tenía claro que debía dedicarme a ayudar a otras mujeres a mejorar su calidad de vida, ya que mi experiencia me llevó a empatizar con todas ellas… con todas vosotras, contigo.

Recuerda, eres una súper mujer, pero para ello debes ponerte en primer lugar. Recuerda también que no tienes la obligación de serlo las 24 horas del día. Debes aprender a priorizarte, a cuidarte y a quererte. Si lo consigues, y espero poder ayudarte, todo a tu alrededor mejorará, créeme.

El arte de ser organizadora profesional

Así que después de un tiempo buscando, estudiando, leyendo y aprendiendo el arte de ser Organizadora Profesional, pude experimentar en mi propia piel el alivio que sentía cada vez que terminaba con una categoría o con una zona de la casa. Vaciando esa mochila invisible pero muy pesada que, sin darme cuenta, había cargado demasiado tiempo en mi espalda… y mi vida personal.

Porque el desorden que tenía en mi casa, era el mismo desorden emocional que estaba viviendo por aquél entonces. Así que puse remedio a ello.

Deshacerme de todas las cosas materiales, objetos y ropa que no usaba, fue aliviador. ¡Una terapia sanadora donde las haya!

Yo misma

Inhabituel

Y de repente, ¡encontré mi propósito de vida! Ayudar a las mujeres a conseguir que sus vidas cotidianas estén simplificadas con la organización y el orden consciente. Sinceramente, es uno de los caminos para conseguir su derecho a poder conciliar su vida personal, familiar y profesional.

Mi propósito es acompañar a las mujeres a empoderarse. Lograr recuperar un poco de su tiempo para ellas, así como su energía para que puedan dedicarse a lo que realmente quieran.

Estoy aquí para acompañarte a conseguir armonía personal y familiar y poder aspirar a una vida más sencilla y plena.

Sí, son muchas cosas, pero tienes derecho a no renunciar a nada en tu vida.

Quiero compartir contigo mi experiencia, mi conocimiento sobre las herramientas y metodologías empresariales para poder aplicarlas en tu hogar y hacer tu vida más fácil.

Bienvenida a Inhabituel. Bienvenida a mi casa… y la tuya.

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