A menudo cuando pensamos en una rutina diaria podemos interpretarlo como algo negativo. Al fin y al cabo, solemos asociar la palabra rutina como algo malo y decimos cosas como, «tengo un trabajo demasiado rutinario», «caer en la rutina puede acabar con tu relación», etc.
Es verdad que, en muchos aspectos de la vida, los cambios, el factor sorpresa y lo inesperado puede ser un gran aliciente e incluso imprescindibles para mantener la motivación. Sin embargo, en lo que se refiere a rutinas básicas des día a día, es importante mantenerlas organizadas y ajustarse a ellas.
¿Por qué es tan importante crear mi rutina diaria?, te preguntarás. A continuación, te lo explico con detalle.
Por qué debes establecer una rutina diaria
Crear rutina sirve para proporcionar estabilidad emocional, pues nos ayuda a funcionar mejor y da sensación de control sobre nuestro día a día. De hecho, tener una rutina diaria es crucial para conseguir metas y cumplir objetivos, sean del tipo que sean. Aunque de vez en cuando nos guste improvisar, la realidad es que somos animales de hábitos. Cuando decidimos de forma consciente cómo organizar cada uno de nuestros días, es más fácil elegir buenos hábitos porque generalmente buscamos actividades que nos resultan beneficiosas y nos hacen felices.
Por otra parte, la rutina, una vez que se automatiza, hace que nuestras jornadas sean más eficientes, ya que podemos llevar a cabo estas tareas necesarias sin apenas pensar en ello. Así, no tenemos que luchar contra la procrastinación y podemos aprovechar al máximo nuestro tiempo.
No se trata tampoco de crear una rutina rígida e inamovible, sino de construir un mapa que nos sirva de guía, aunque la necesidad de adaptarse de manera más o menos estricta a ella dependerá un poco del estilo de vida y de la personalidad de cada uno. Cada persona debe encontrar su propio equilibrio entre las cosas que desea incluir como hábitos fundamentales y a aquellas que prefiere dejar un poco a la improvisación. El objetivo es conseguir esa sensación de control y seguridad crucial para la tranquilidad y el bienestar emocional.
¿Cómo tener una buena rutina diaria? La organización de nuestras rutinas tiene que incluir los siguientes puntos:
- Horarios de sueño y comidas
- Planificación de la alimentación
- Ejercicio físico
- Responsabilidades y trabajo
- Ocio
- Relaciones sociales
- Tiempo a solas
Cómo tener una buena rutina diaria
Ahora que ya te he explicado la importancia de una rutina diaria y qué aspectos debemos incluir, te cuento cómo organizar tu rutina diaria para que te resulte más fácil interiorizar ciertos hábitos.
Planificar
Planificar, preferiblemente por escrito, es importante para tener una idea más visual de todo que tenemos que hacer. Además, nos ayuda a establecer prioridades, según los objetivos que nos hayamos marcado. Para unas personas la meta principal del día puede ser estudiar determinadas horas, cumplir con una rutina de ejercicio, mantener limpia la casa, o cumplir con ciertos compromisos profesionales. Estas metas serán el eje sobre el que se planificarán las rutinas diarias.
Priorizar y ordenar
Dentro de esta planificación diaria debemos analizar qué tareas pueden posponerse y cuáles no, y en qué orden debemos realizarlas. Una buena recomendación es dejar lo más sencillo para el final y comenzar con aquello que requiere mayor energía. Por ejemplo, si sabemos que después de la jornada laboral vamos a sentirnos demasiado agotados para entrenar, haremos nuestra sesión de ejercicio al principio del día o tal vez, a medio día.
Urgente o importante
Para una buena organización diaria es fundamental ser realistas y no sobrecargarse de tareas. Para esto es importante saber diferenciar lo urgente de lo importante. Lo urgente es lo que requiere una resolución inmediata y toda nuestra atención tiene que focalizarse en ello. Lo importante hace referencia a las tareas a largo plazo, que repercuten en nuestras metas, pero que pueden posponerse.
Segmentar el día
Otro truco para una buena organización diaria es dividir el día en segmentos, según resulte más conveniente. Puede ser en franjas horarias de mañana, tarde y noche, o en segmento de 3 o 4 horas. Dentro de cada segmento organizaremos las tareas diarias, según el orden correspondiente, en función de la urgencia, la importancia o disponibilidad horaria. Recuerda que buscamos el equilibrio y el bienestar, así que nuestra rutina diaria no debería enfocarse exclusivamente en la productividad, y en estos segmentos hay que reservar momentos para los aspectos que hemos mencionado antes como el ocio, las relaciones sociales o el descanso.
Recurrir a la tecnología
Existen muchas herramientas para ayudarnos en este aspecto. Utilizar un buen organizador de rutina diaria puede ser de gran ayuda para tenerlo todo bajo control y cumplir con nuestras metas diarias. Algunos de los más populares son Trello, Asana, Evernote, 135list, Google Calendar o Remember de Milk. También hay aplicaciones muy útiles para mantener la concentración y evitar distracciones. El clásico calendario en papel también es perfectamente válido, de hecho, las agendas tipo bullet journal son las más empleadas.
Si tienes la sensación de que el día no te cunde lo suficiente, que tus jornadas son un caos, y que tu cabeza es un batiburrillo de cosas pendientes, elabora un plan para establecer tu rutina diaria y comprobarás en poco tiempo que ganas en paz mental, productividad y bienestar.
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