Vivir en una casa en desorden es negativo para la salud, incluso aunque no seamos conscientes de ello. Malhumor constante, irritabilidad, estrés o falta de productividad son solo algunos de los efectos de no contar con un entorno recogido y organizado.
Cómo afecta tener una casa desordenada
El desorden es un gran inconveniente en nuestro día a día, aunque en muchas ocasiones, no le damos la importancia que merece, y nos enfocamos en otros problemas que parecen más importantes. La realidad es que el propio desorden puede ser el causante de muchos contratiempos.
Darle prioridad a la tarea de ordenar en vez de dejarlo para otro día puede ayudar a que todo lo demás se reconduzca, ya que vamos a poder tomar mejores decisiones desde un estado de ánimo más sereno. Está comprobado que el desorden en casa te puede afectar en los siguientes aspectos.
Aumenta el estrés
Estar en una casa en desorden tiende a provocar sentimientos de culpa y frustración. A la mente no le gusta el caos, pero al mismo tiempo le gusta procrastinar, por eso a menudo podemos llegar a unos niveles excesivos de desorden.
Esta sensación de necesitar un espacio ordenado, pero no tenerlo (por falta de tiempo, de espacio o por pereza), genera un estrés y una ansiedad que puede terminar pasando factura a nuestra salud mental.
Menos concentración
Tener demasiados objetos en medio nos impide concentrarnos, porque nos encontramos en un lugar repleto de estímulos (y para más inri, estímulos negativos).
Por otra parte, esa falta de armonía en un lugar donde las cosas no están en su lugar correspondiente, hace que las personas no puedan pensar con claridad y al final es más difícil poder enfocarse en una tarea concreta.
El resultado es que terminamos invirtiendo mucho más tiempo del necesario en hacer una tarea, lo que conlleva, de nuevo, sentimientos de frustración y enojo.
Conflictos en casa
Si en una casa desordenada conviven varias personas, la situación se complica aún más. A nadie le gusta llegar a un hogar caótico y desorganizado, ni siquiera a las personas que no son especialmente ordenadas. Volver a casa después de un largo día de trabajo y encontrarla en condiciones poco confortables puede dar lugar a momentos de malhumor y discusiones que afectan a la convivencia.
En este artículo de mi blog encontrarás pautas para fomentar la organización en familia.
Predispone a un ánimo negativo
Tener una casa desordenada y sucia conlleva una carga emocional que puede estropearnos el día desde que nos levantamos de la cama. Madrugar para afrontar un día lleno de responsabilidades y obligaciones ya es bastante complicado como para añadirle una dosis de desorganización, suciedad y ruido visual.
Desayunar en una cocina ordenada o hacerlo en un ambiente limpio y bien recogido puede cambiar radicalmente nuestra actitud para el resto del día.
Bajo ánimo constante
La casa desordenada, según la psicología, puede empeorar el estado de ánimo si estamos pasando un mal momento. El hogar deja de ser un refugio de paz cuando está desordenado y esa sensación de incomodidad se suma a los problemas y a las preocupaciones cotidianas.
Falta de higiene
El desorden impide que un lugar pueda estar adecuadamente limpio porque las bacterias se pueden acumular en muchos rincones y objetos desperdigados. Además, ya hemos visto que el propio desorden es un gran desmotivador, por lo que tendemos a posponer la sesión de limpieza para cuando tengamos más tiempo.
En una casa ordenada todo es mucho más sencillo, la suciedad se acumula menos y se puede mantener al día dedicándole tan solo unos minutos.
Cómo restablecer el orden en casa
Como vemos, el orden de la casa y el estado emocional están relacionados, por eso es tan importante la buena organización. Es importante entender que es algo que va más allá de la estética.
Es verdad que hay personas que son más ordenadas que otras, dependiendo de su personalidad, de su ritmo de vida y otras particularidades. Por ejemplo, se cree que las personas introvertidas son algo más desorganizadas porque suelen prestar más atención a lo que viven en su interior y pueden evadirse más fácilmente del mundo exterior. Por el contrario, las personas extrovertidas están más conectadas con el entorno y tienden a cuidar más el orden.
Independientemente de que nos cueste más o menos, todos podemos adquirir rutinas y buenos hábitos para mantener nuestra casa y nuestros espacios personales en un perfecto estado.
Una forma óptima de dar un primer paso, acabar con esa casa en desorden y recuperar el control de tu vida, es recurrir a una organizadora profesional. Como experta en orden y organización, puedo aportar una perspectiva objetiva de qué es lo que necesitas y lo que no. A partir de ahí, puedo aplicar las mejores técnicas y trucos para ordenar la casa y, lo más importante, para mantener ese orden cada día sin esfuerzo.
Si quieres cambiar tu vida y que todo sea más sencillo, comienza por tu hogar. No dudes en contactarme para que pueda ayudarte.
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